Ouvrage publié en : 2007 Langue : espagnol Éditeur : Ecole de traducteurs et d'interprètes de Beyrouth
Finalmente,la joven repúlica de la traducción consiguió enarbolar su bandera y celebrar la independencia el 31 deseptiembre, festividad de San Jerônimo, patrónde los traductores. La joven repûblica dirigió entonces a la ciudadania una campaña de reivindicación del traductor y de su oficio bajo el lema: "Siéntete orgulloso de ser traductor, de ser intérpret". Hubo un tiempo en que el suyo fue un oficio reconocido, por no decir venerado. ¿Acaso no cobraba en oro el equivalente del peso de su manuscrito traducido? Y no obstante, la sociedad siempre ha mirado al traductor con recelo. Por una parte, se tiene necesidad de sus srevicios. Y por otra, se desconfia de él, e incluso se le menosprecia. Siempre ha vivido inmerso en un profundo sentimiento de ambivalencia, de afirmación y negación, que le hace sentirse incômodo y perseguido dia y noche. Se siente pocta y escritor, y siente al mismo tiempo que no es ni lo otro. Si da muestras de una creatividad soberbia, sabe que lo espera la horca. Si se contenta con ajustarse a lo suficiente, la condena será a cadena perpetua. Más triste aún es saber que si algún grande de esto mundo se sale de lo trillado y por una vez deja escapar una verdad en un discurso, su traductor será rápidamente señalado con el dedo e injuriado. Si no pensaran que pronto volverán a necesitar de sus servicios, lo meterian de inmediato en la cárcel, si es que no lo condenaban a muerte. A pesar de esta duplicidad extraña y enigmâtica, el traductor reconoce la paternidad de su trabajo, lo firma y posa junto al autor para la foto de recuerdo. Y sin embargo, su traducción es publicada llevando únicamente el nombre y la foto del autor, el único que aparece en las revistas y periódicos. La slyeta del traductor desaparece.